viernes, 22 de abril de 2011

La Madre Tierra está dándonos un mensaje a través de sus lágrimas


Nohelí Pocaterra: La Madre Tierra está dándonos un mensaje a través de sus lágrimas


Mensaje desde el sur del lago de Maracaibo
Colón, Zulia, abril 22 - Tenemos que cambiar nuestra actitud frente a la tierra para evitar que los ríos no se desparramen, inunden las poblaciones y dejen sin vivienda a muchas familias venezolanas, como ha ocurrido en el Sur del Lago.

Así se expresó este viernes Nohelí Pocaterra, diputada del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) e integrante de la Junta Directiva del Consejo Nacional Indígena (CONIVE), quien se encuentra apoyando a las personas afectadas por las lluvias en el municipio Colón del estado Zulia.

En un contacto via satélite durante el programa Despertó Venezuela, que transmite Venezolana de Televisión, la representante indígena manifestó que es urgente que las personas cambien sus costumbres depredadoras, ya que su accionar está ocasionando desastres en la naturaleza.

“No respetamos los caños, los ríos ni los mares; botamos basura en todos ellos; talamos los bosques en la cabecera de los ríos. Todo eso hace que los ríos se sedimenten y luego, cuando ocurren las lluvias, entonces se esparcen, como en este lugar”, refirió.

Añadió que en este día Mundial de la Tierra, la Pachamama está dándonos un mensaje a través de sus lágrimas.

www.aporrea.org

2 comentarios:

Unknown dijo...

El azul insiste
en ser siempre más lejano
Pero si el cielo dispone
aquí de una piel
es por que ha sido dada en préstamo
por los pliegues del añil
que la brisa frota
frota minuciosamente
Y aunque no hay
más oyentes que los delfines de cemento
no por esto la fuente
omite en sí la voz
que la reduce a no guardar silencio.
Juan Calzadilla.

Unknown dijo...

Ojos Color de los Pozos.

Me voy para Los Esteros
-agua abajo y por la orilla-
en mi bongo sin palanca,
con una vela sin brisa,
al anochecer sin luna,
sobre el paisaje sin líneas
ante el azar sin apuesta
de tú adiós sin despedida,
cantándoles sin reposo,
en mi guitarra sin prima
a tus ojos sin tristeza
mi canción sin alegría.

Ojos color del ensueño
de la resaca azulíta.

Pulsando con el reflejo
bordones de agua dormida,
dejos del cuatro doliente
la palmasola suspira;
un hilo de alas yéndose
angustia las lejanías.
Por los rumbos del te quiero,
paso de la huella íngrima,
sabana del nunca llegas,
duna del quizás me olvidas,
-arenales y arenales-
se me cerraron las picas.
Esta ausencia sin distancia
en la canción se me abisma.

Ojos color de los pozos
de la resaca azulita.

Allí viene la amargura
por un callejón de dichas,
mas, en ti se me perfuman
la pena y las alegrías,
porque aquel cantar amargo
-puro anhelo y pura espina-
te lo guardaste en el seno,
nidal de tus cosas íntimas
donde tu fe se arremansa
y tus querencias palpitan;
y por eso bajo el éxtasis
de las tardes pensativas
a rociarte en ti los sueños
se van mis cantad marchitas.

Ojos color del remanso
de la resaca azulita.

Ojala hubiera cien llanos
entre mi vida y tu vida,
y cien Apures cruzando
por la sabana infinita,
ni un potro para la ruta
ni una canoa en la orilla,
ni un gallo en la media noche,
ni un toldo en el mediodía,
ni un cocuyo en la tiniebla,
ni un retoño en la ceniza:
Entonces, todo salvándolo,
sereno te buscaría,
pero esta ausencia sin lejos
es para mi trocha, valla,
para mis angustias, pica.

Y en el playón solitario
donde el cantar se me abisma,
no me atrevo ni a soñar
el cielo de tus pupilas.

Pupilas color del alma
de la resaca azulita.

Alberto Arvelo Torrealba