jueves, 12 de enero de 2012

Punto de quiebre



Imaginemos de una vez que se cumple la profecía. No cualquier profecía; más bien nos instalamos en los linderos de una que fue olvidada por los economistas y planificadores, conocida como la Teoría de los Picos de Hubbert y estamos pensando qué pasaría si la cruzamos con el llamado “optimismo-pesimista” de Edgar Morín. ¿De todo esto que saldría?

A finales de los años 60, se puso de moda la tesis del economista norteamericano que predecía el agotamiento del petróleo como principal fuente de abastecimiento energético mundial. Hubbert aseguraba que manejando y proyectando los datos del momento sobre los niveles de consumo de energía, las reservas de petróleo de EEUU se acabarían, y las del resto del mundo lo harían hacia el 2037. Para Hubbert, es necesario abandonar cuanto antes la cultura del crecimiento sobre la base del consumo de energía fósil. De seguir así, las fuentes se harían cada vez más escasas, difíciles de extraer y en consecuencia más caras. Haciendo inútil la expectativa de crecimiento dentro del actual modelo de desarrollo.

Ahora la otra: Morín asegura que la crisis medio ambiental se incrementa por dos, cada vez que aumentamos el consumo energético en aproximadamente unos cinco millones de barriles diarios. Lo que presiona a su vez los precios y el consumo, al tiempo que hace obsoleta e inviable, por costosa, contaminante y redundante a la tecnología dominante. Abundemos. Todo parece indicar que estas líneas proféticas ya se cruzan. Por un lado, crisis energética y de crecimiento, aliñada con crisis económica financiera; y por el otro lado recalentamiento global, oscurecimiento de la tierra y todo lo demás cabalgando a sus anchas como un espectro amenazador, al punto que muchos de los especialistas y científicos del ambiente más optimistas dicen que ya estamos a punto de cruzar la línea, el umbral de no retorno.

Imaginemos ahora, por un momento-y luego sacudimos la cabeza para alejar pensamientos malos-, que el Krakatoa, el Etna u otro volcán caprichosamente estalla. Recordemos que en 1841 eructó el Krakatoa y por siete días oscureció al sol, bajando la temperatura global en dos grados. ¿Qué ocurriría hoy con las actuales bajas temperaturas que ya se están presentando en Europa, Asia y Norte América? Sin ser apocalíptico, créanme, me anima el más entusiasta optimismo. Llegamos al llegadero -que los expertos llaman disyuntiva histórica-: Socialismo o barbarie. La tierra, el ambiente, los maya, se convirtieron en tema. El papel del científico y del político, dijera Weber, es reconocer la falla, el punto de quiebre; leer la irrupción, reconocer la emergencia cuándo salta una época; en qué momento cambiar de lectura de los procesos y los movimientos. La imagen de Marx, el topo, me viene a la mente como metáfora, para definir el propósito de una transformación urgente. Un bichito miope pero con gran olfato, capaz de oler los tiempos de lluvia y turbulencia para ponerlos al servicio de su planificación. Cuenta con gran paciencia, una tenacidad que raya en la obstinación. Cava y socava y cuando menos se le espera sube a la superficie para ver el sol. Yo soy miope, pero esto no me impide ver que los tiempos que corren son anunciadores, cuál trompeta de arcángeles, de la naturaleza y de los cambios revolucionarios necesarios para la transformación planetaria. Es tiempo de temporal, tiempo de no tiempo, es decir, de uno nuevo que ya llega y se anuncia. Momento de actuar y de transformar salvando a la madre tierra. Momento para estar preocupados, y obstinadamente luchando por un nuevo devenir ecológico y que de alguna forma de una manera de vivir distinto y también alegres. Como dice el Maestro Morin; ante la catástrofe en cadena que persiste, exista también la posibilidad de una cambio de rumbo en el planeta, así como ya lo enuncia y practica nuestra hermosa revolución bolivariana.

Juan Barreto



miércoles, 10 de agosto de 2011

El Globo en peligro de explosión



"Que el fraude electoral jamás se olvide.
Ni tampoco los miles de muertos inocentes"


No soy muy dado a las especulaciones de carácter esotérico pero hay coincidencias que invitan a la reflexión. Me refiero a lo que los estudiosos de la cultura Maya postulan como las profecías del Rey Pakal el Grande, que gobernó en Palenque del 631 al 683 de nuestra era y cuyo recinto funerario fue encontrado en el llamado Palacio de las Inscripciones de esa importante zona arqueológica en 1950. De los mensajes consignados en los jeroglíficos de las estelas de dicho monumento los mayólogos han derivado el conocimiento del Calendario Maya y de las referidas profecías, entre las que destaca el cálculo de la duración de la actual época, correspondiente al Quinto Sol de la mitología maya, y cuyo término se fija para el solsticio de invierno de 2012. Entre las profecías destacan la que predice que, entre la actual y la nueva época, se registrarán cataclismos de diversa índole: terremotos, huracanes, aumento de la temperatura global, sequías, entre otros. Así mismo, se predice la manifestación de tensiones sociales extraordinarias, propias de la caducidad del régimen vigente y la entronización del nuevo estado de las cosas. Será por coincidencia, pero en nada difieren las profecías respecto de lo que hoy se vive en el mundo. Afortunadamente, también se predice que la nueva época será una de felicidad, en la que el espíritu vencerá la hegemonía de la materia y la solidaridad y el amor desplazará al egoísmo y la injusticia. Menos mal.


De lo que sucede con la naturaleza dan cuenta las dramáticas noticias de los ecologistas que advierten las peores catástrofes si se continua con el actual modo de producción y de explotación de los recursos de la naturaleza, que amenazan con la extinción de la especie humana; el deshielo de los casquetes polares, la reducción de la disponibilidad de agua potable, la desertificación de amplias zonas, la pérdida de la capacidad de producción de alimentos, etc. No hay día en que no tengamos la noticia de una nueva catástrofe en algún lugar del mundo, además de las de carácter permanente representadas por la hambruna en amplias regiones del mundo. Cada vez es más clara la urgencia de salvar al mundo y de regresar al respeto a la madre naturaleza.


De las tensiones sociales dan cuenta las noticias de lo que sucede en el llamado primer mundo; las de los países pobres nunca fueron noticia relevante para los analistas “occidentales y cristianos”, era parte del destino manifiesto. El agotamiento de la época de la fórmula capitalista y de la cultura correspondiente se hace obvio en la profunda crisis financiera y económica que arrasa al mundo de los negocios y, de paso, condena al sufrimiento a poblaciones que habían alcanzado un nivel relativamente satisfactorio de felicidad. La pugna de los gringos por el techo de su endeudamiento, en la que fueron puestas en la balanza las alternativas de aumento a las contribuciones de los ricos y la de la reducción del dinero destinado al bienestar social, que se decidió por ésta última, manifiesta claramente los síntomas del agotamiento del sistema. Las soluciones dadas a las crisis de deuda de los europeos, siempre en detrimento de la expectativa de bienestar para la gente, lo corrobora plenamente. La indignación de los españoles, los incendios en la flemática Inglaterra, las protestas de los estudiantes en el Chile neoliberal, las revueltas del norte de África y del Medio Oriente, tanto las auténticas como las fabricadas por la CIA, y todo lo que hace que la presión de la olla aumente peligrosamente, otorgan verosimilitud a la predicción del gran cambio.


También resulta emblemático que ya algunos países latinoamericanos se han adelantado y anticipan el advenimiento del Mundo Nuevo, de los que Bolivia es punto de avanzada con un gobierno indígena que privilegia el respeto por la Pacha Mama.


Para los que han leído el Nuevo Proyecto de Nación postulado por el Movimiento para la Regeneración Nacional podrá quedar en claro que es una apuesta a la incorporación de México al proceso de cambio universal y adquiere especial relevancia el énfasis otorgado a la recuperación de valores de respeto a la naturaleza y a la sociedad, cifrados en el amor y la solidaridad. Ojalá lo sepamos comprender para optar por subirnos al carro del cambio y evitar ser arrollados por su ímpetu.


Coincidencias o no, vale la pena tratar de entender la los antiguos mayas.


Correo electrónico: gerdez999@yahoo.com.mx

Gerardo Fernández Casanova

martes, 9 de agosto de 2011

Siete mil millones de personas para el 2011

La demografía es la ciencia que estudia estadísticamente la estructura y la dinámica de la población y las leyes que la rigen. En 1798 Thomas Malthus, el padre de la demografía moderna, publicó su obra "Ensayo sobre el principio de la población", en la que advertía la tendencia constante del crecimiento de la población humana superior al de la producción de alimentos. Malthus se equivocó en sus predicciones sobre la capacidad de producción de alimento, pero no en su análisis sobre el crecimiento de la población.

La ciencia ha conseguido aumentar la producción de alimentos, especialmente en los países industrializados, donde muchos de ellos se han convertido en exportadores de productos agrícolas. El problema actual no es solo la producción de alimentos, sino que los países pobres no tienen recursos con que comprarlo. Naciones Unidas se prepara para celebrar este año, el habitante 7 mil millonésimo del planeta. Este acontecimiento debe servir de recordatorio, a los gobiernos del mundo sobre la responsabilidad compartida de ayudarnos mutuamente para combatir el hambre mundial que amenaza la existencia de los seres humanos.

La población aumenta a razón de dos personas por segundo, 200 mil personas al día, casi 80 millones de personas al año. Cada nueva vida necesita comida, salud, educación, vivienda, energía y agua. Actualmente, existen 2.500 millones de personas que sobreviven con dos dólares diarios, la mitad de la población no tiene acceso al agua potable ni energía.

El sistema capitalista donde la económica está al servicio del capital y no de las personas, es el responsables de esta situación de crisis económica y social que amenaza al planeta tierra, si a esta situación, le anexamos los problemas ambientales que son graves, podremos entender que en pocas décadas estará en peligro la especie humana. De allí, la necesidad de construir el sistema socialista de manera urgente si queremos futuro para todos los pueblos del mundo.

germansaltronpersonal@gmail.com

viernes, 22 de abril de 2011

La acción de los gases de efecto invernadero


Conocemos que el aire de la atmósfera de la Tierra tiene un peso que lo ejerce sobre la superficie terrestre. El peso del aire crea la llamada ‘presión atmosférica’ la cual disminuye con la altura. Precisamente uno de los principios básicos que establece la ciencia del clima dice que la presión atmosférica está determinada por el peso del aire o gas existente sobre cualquier lugar o región del mundo.

Sabemos que desde hace 145 años (1860) y principalmente en las últimas décadas del siglo anterior (a partir de 1980) el hombre de manera irresponsable está arrojando hacia la atmósfera terrestre los llamados gases de Efecto Invernadero (E.I.) como el bióxido de carbono, el metano y otros en cantidades alarmantes. En la actualidad tenemos por lo menos seis mil millones de toneladas de estos gases en la atmósfera de la Tierra, los cuales están produciendo el calentamiento climático global de nuestro planeta.

Es conocido que el proceso de dicho calentamiento consiste en que los gases de E.I. no dejan escapar la radiación solar que devuelve la superficie terrestre convertida en la radiación infrarroja térmica de onda larga que la envía de vuelta al espacio sideral, la cual choca contra aquellos gases presentes en la atmósfera y regresa para caer al suelo recalentando la superficie terrestre.

Es verdad que la Tierra ha logrado salir del frío de la última glaciación mundial de hace doce mil años a base de cierta cantidad necesaria de gases de E.I., que los obtiene por medio de erupciones volcánicas y otros mecanismos naturales, lo que ha permitido conservar una temperatura media general de unos 15 grados centígrados que la hacen habitable para todos los seres vivos. Lo grave está en la emisión a la atmósfera de los gases contaminantes artificiales, que son residuos de las fábricas industriales, de los automotores, etc.

De hecho, la atmósfera de la Tierra no es estática sino dinámica. Por eso existe movimiento de grandes masas de aire que constituyen los sistemas de vientos mundiales, como los vientos cálidos de la región ecuatorial del planeta, que se elevan para avanzar hasta las regiones de los polos terrestres (Norte y Sur, respectivamente). Al mismo tiempo, los vientos fríos de los polos bajan por cerca de la superficie terrestre con dirección hacia la región ecuatorial. Otros vientos de menor escala pero no menos importantes son los denominados vientos alisios, los monzones y los vientos dominantes de occidente.

Todos estos sistemas de grandes vientos continentales que crean Frentes de Vientos Fríos y Calientes, así como áreas de altas y bajas presiones atmosféricas, son los que determinan el clima de las diferentes regiones de la Tierra.

Todos tenemos conocimiento de que en los tiempos actuales se están presentando alrededor del mundo una serie de fenómenos atmosféricos que nunca antes se los ha visto, y que han traído desastres materiales, pérdidas humanas y económicas. Por ejemplo, los intensos calores ambientales (olas de calor) en las regiones templadas del planeta donde no deben ocurrir, al igual que las lluvias de nieve en las regiones cálidas ecuatoriales.

También los poderosos tornados y huracanes que se forman unos seguidos de otros en ambos casos en zonas en que nunca lo han hecho, como el huracán del Brasil. El desprendimiento de gigantescos icebergs en el Polo Ártico y en el Antártico. En fin, la ciencia del clima trata de encontrar una explicación acertada a esta problemática ambiental planetaria.

En mi concepto, los gases de E.I. debido al peso que tienen están ejerciendo una presión atmosférica adicional o extra, principalmente sobre los llamados anticiclones o sea de las masas de aire de alta presión atmosférica con relación a la superficie terrestre, lo cual también influye en las masas de aire de baja presión llamadas ‘borrascas’.

Normalmente la radiación solar calienta la superficie de la tierra haciendo que en cualquier lugar se produzca una elevación en la temperatura del aire, el cual sube hacia las regiones altas de la atmósfera.

La presión adicional de los gases de EI elevan más la temperatura del aire.

Los anticiclones son de frío y de calor. En la actualidad, los anticiclones de calor están aumentando su intensidad en número y en potencia. En cambio, los anticiclones de frío han disminuido. Por influencia del calentamiento global, las tempestades de nieve se convierten en lluvias diluviales llamadas ‘gotas frías’ meteorológicas, las cuales inundan enormes extensiones de territorio en los países europeos.

Uno de los síntomas más notorios del calentamiento global, a más de la reducción de los casquetes polares y la subida del nivel de agua oceánica, que en el futuro inundará muchas ciudades costeras en el mundo, es la prolongación de los anticiclones de calor que antes permanecían inmóviles en determinada región durante algunos días o pocas semanas, pero que ahora lo hacen quedándose dos o tres meses en el mismo lugar.

Debo indicar que la ciencia conoce que los maremotos que forman a los tsunamis (olas gigantes) se producen por el deslizamiento de las placas tectónicas submarinas, pero por existir una relación mutua entre la atmósfera, la superficie terrestre y el agua de los mares y océanos, la alta presión de los anticiclones de calor provoca de manera indirecta aquellos sismos marítimos como el reciente acaecido en el sudeste asiático.

Además, en el tiempo actual la superficie terrestre se estaría calentando más rápidamente y en mayor grado que todo lo antes conocido, sin duda debido a la presión extra que ejercen los gases de E.I. Esto origina un considerable incremento en las diferencias de presión (altas y bajas) que tienen las masas de aire, lo que trae como consecuencia una nueva alteración en todos los sistemas de vientos mundiales y en los patrones climáticos de la Tierra.

Ahora en Europa y Asia el invierno dura menos que el verano, pues el deshielo de los ríos ocurre muchos días antes de lo normal. En América y África hay también serios desajustes climáticos. Por ello se están secando los grandes lagos y los ríos reducen su caudal. Es preocupante la falta de agua para los cultivos en todos los continentes.

En nuestro país la sequía se prolonga porque no llegan a tiempo las lluvias del invierno a inicios de año en la Costa ecuatoriana. En la Sierra el clima cambia cada vez con mayor tendencia a las temperaturas ambientales altas. En la región Oriental amazónica por el aumento continuo de la temperatura en fracciones de grados centígrados hay más humedad, es decir vapor de agua, lo que engendra lluvias torrenciales. El clima de las Islas Galápagos fluctúa con el comportamiento de la atmósfera y de las corrientes marinas del Océano Pacífico, aunque sigue poco a poco elevándose la temperatura ambiental.

Realmente, el problema del cambio climático en el Ecuador y en los demás países de América y el mundo, cada año se agudiza más. Por eso es necesario hacer nuevos llamados de atención a los gobiernos de los países más industrializados del planeta.

Lo que está produciendo el calentamiento global es muy perjudicial para todo lo viviente que habita sobre la faz de la Tierra. Los seres humanos debemos estar conscientes de que si no hacemos lo necesario para frenar la emisión desmedida de los gases de efecto invernadero, nos puede llevar a una peligrosa condición de la Naturaleza que podría dificultar la realización normal de la vida en todas sus manifestaciones.

Por: Alfredo E. Romo Medina

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Mi tierra y tu tierra


La Madre Tierra está dándonos un mensaje a través de sus lágrimas


Nohelí Pocaterra: La Madre Tierra está dándonos un mensaje a través de sus lágrimas


Mensaje desde el sur del lago de Maracaibo
Colón, Zulia, abril 22 - Tenemos que cambiar nuestra actitud frente a la tierra para evitar que los ríos no se desparramen, inunden las poblaciones y dejen sin vivienda a muchas familias venezolanas, como ha ocurrido en el Sur del Lago.

Así se expresó este viernes Nohelí Pocaterra, diputada del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) e integrante de la Junta Directiva del Consejo Nacional Indígena (CONIVE), quien se encuentra apoyando a las personas afectadas por las lluvias en el municipio Colón del estado Zulia.

En un contacto via satélite durante el programa Despertó Venezuela, que transmite Venezolana de Televisión, la representante indígena manifestó que es urgente que las personas cambien sus costumbres depredadoras, ya que su accionar está ocasionando desastres en la naturaleza.

“No respetamos los caños, los ríos ni los mares; botamos basura en todos ellos; talamos los bosques en la cabecera de los ríos. Todo eso hace que los ríos se sedimenten y luego, cuando ocurren las lluvias, entonces se esparcen, como en este lugar”, refirió.

Añadió que en este día Mundial de la Tierra, la Pachamama está dándonos un mensaje a través de sus lágrimas.

www.aporrea.org