martes, 14 de diciembre de 2010

Cumbre de Cancún: avances precarios y reclamos sin atender

Con la finalización de la XVI Cumbre Climática de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que se desarrolló en la ciudad mexicana de Cancún, a primera vista se puede observar acuerdos superiores a los logrados en el anterior encuentro en Copenhague, donde la intrasigencia de Estados Unidos no permitió avances de ningún tipo.
Pero la postura de Bolivia y de otros gobiernos aliados rechazando lo acordado en México es una nueva alerta sobre el futuro del planeta.
A esta posición se deben sumar las denuncias y propuestas realizadas por la organización internacional Vía Campesina, que llamó a retomar los puntos aprobados durante la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra realizada en Cochabamba.
En esta reunión donde participaron miles de personas y fue convocada por el gobierno de Bolivia, es donde se expresaron hasta el momento las posturas más lúcidas y reales sobre las formas para detener el cambio climático.
Por el lado de las potencias mundiales, sea Estados Unidos, China o Japón, en Cancún se pudo lograr el compromiso de que reduzcan las emisiones de CO2.
También se aprobó un Fondo Verde de 100 mil millones de dólares hasta 2020 para combatir el calentamieno global en las naciones pobres, aunque todavía no es claro de dónde saldrán esos recursos ni a qué naciones se otorgarán.
En el documento final de Cancún, los países de la ONU se comprometieron a evitar una subida de más de 2 grados centígrados de la temperatura media del planeta y se congeló la decisión sobre la prórroga del Protocolo de Kioto más allá de 2012.
En la próxima Cumbre Climática, que tendrá lugar en Durban, Suráfrica, en diciembre de 2011, se tomará la decisión si el tratado continúa o se da por terminado.
Si bien las delegaciones diplomática en Cancún coincidieron en que los acuerdos son un avance, queda flotando la postura de Bolivia que, a través del presidente Evo Morales, denunció en más de una oportunidad que se continúa sosteniendo el mismo esquema de mecantilización de la naturaleza.
A esto se suma que el tema de fondo que es calentamiento global se busca desviar con la aprobación de aportes económicos de las potencias mundiales hacia naciones en desarrollo.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, respaldó el planteo boliviano diciendo que la delegación de ese país habla “a nombre de los pueblos de nuestra América y merece consideración y reconocimiento en la opinión de Cuba”.
Los países del Alba -expresó Evo en Cancún- están junto con las fuerzas sociales, lo cual es una ventaja para los pueblos de la región, acogiendo las conclusiones de la primera conferencia mundial de los pueblos sobre el cambio global y a su vez, asumiendo la responsabilidad de defender esas conclusiones de los países de la región, puntualizó.
En tanto, durante el encuentro en el balneario mexicano se realizó el Foro Global por la Vida y la Justicia Ambiental y Social, donde participó el propio presidente Morales.
En las conclusiones de este espacio que reunió representantes de todo el mundo y organizaciones como Vía Campesina, se dejó en claro que el objetivo de los países industrializados es la comercialización de los recursos naturales para beneficiar a las grandes transnacionales.
La denuncia apuntó a que la actual crisis climática, no es otra cosa que la consecuencia de la actual crisis del sistema capitalista y que ambas deben ser abordadas en conjunto.
Pero desde el Foro se levantaron propuestas concretas como retomar las iniciativas de Cochabamba, asumir la responsabilidad colectiva con la madre tierra, cambiar los patrones de desarrollo de las estructuras económicas y enfrentar la voracidad de las transnacionales.
Otro de los llamados fue para que los países que mayor contaminan el ambiente sean los que mayor responsabilidades asuman y reduzcan drásticamente sus emisiones de CO2.
Esto último fue, tal vez, lo más difuso de las resoluciones de la Cumbre de Cancún, porque a través del mecanismo de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD), las potencias compran y negocian con las necesidades de los países pobres, a los que les pagan para compensar la contaminación que generan las grandes industrias.
El final de la Cumbre de Cancún dejó, en general, mejores espectativas que el fracaso de Copenhague, pero también mostró muchos puntos oscuros donde Estados Unidos sigue siendo el mayor contaminante mundial sin importarle las consecuencias.
Además se pone nuevamente sobre el tapete si el propio planeta podrá resistir, mientras los avances diplomáticos se dan a cuentagotas, o si la salida más justa y necesaria es el cambio radical impulsado por Bolivia y un sinfin de movimientos sociales que reclaman posturas concretas para detener los abusos sobre la Madre Tierra y su creciente privatización.

http://www.avn.info.ve/node/33750

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